jueves, 13 de agosto de 2015

Los locos quizá...

De locos, quizá, se nos puede catalogar a veces...cuando decimos que no comulgamos con aquello que la mayoría dice que es aceptable, común o establecido.

Que de qué te quejas si la cotidianidad está cañona, que de qué te agobias si todos lo hacen, que de qué te preocupas mientras nadie lo sepa, que de qué te sorprendes si así ha sido siempre, que de qué vas con tu ingenuidad que seguro no te va a llevar muy lejos. Que aquí el que abusa es el que gana.

Sinceramente, cómo me cuesta encontrarme con estas maneras tan determinantes para percibir las cosas. A veces me da tristeza y otras muchas me da impotencia.

Lo mismo me sucede en un entorno de trabajo al tratar de cambiar alguna manera de pensar o de hacer las cosas, que en lo que vivimos como país o simplemente como ciudadanos al pasarnos un alto o estacionarnos donde sabemos que no se puede. Igual que cuando nos comportamos individualmente, diciendo que somos y queremos ser de una manera, para hipócritamente terminar actuando de la otra por millones de razones, validas o no, y que tomamos para  "aminorar", irónicamente ante nuestros propios ojos, nuestra inconsistencia.

¿Por qué somos así?
Juro que no lo entiendo.

No entiendo por qué nos autoengañamos al pretender actuar de una manera, comportándonos de otra, peor aún, armarnos discursos internos y externos que nos justifiquen. Llegamos incluso a buscar eco en las voces de los otros para apaciguar esos tenues pensamientos que nos dicen "esto está mal".

Pero eso sí, elegimos un gobierno y luego nos quejamos de lo jodido que tiene al país. Decimos que queremos tener una mejor vida pero nos dejamos llevar, muchas veces, por nuestra zona de confort. Nos quejamos de los juicios que recibimos pero no somos capaces de evitar hacer uno o varios contra los otros. Nos quejamos amargamente de que la vida cotidiana nos aprisiona y nos asfixia pero cuando se nos abre la puerta no somos capaces de cruzarla para ser "libres". Decimos que queremos ser honestos pero nos descubrimos una y otra vez en el engaño.

¿Será que la teoría del deseo nos viene mejor? ¿Será que es muy fácil justificar nuestro actuar incongruente llenándonos de estas frases de "pues si todos lo hacen", "es así", "es que está cañón"? y entonces me pregunto ¿De qué nos valen estos intentos de  autoengaño que además no engaña a nadie? Total, si queremos actuar, sentir y hacer "x" ¡ya está! ¡hagámoslo! nadie nos lo impide, por eso hay tanta cosa buena y también tanta cosa horrible en este mundo, porque al final el que quiere violar, viola, el que quiere robar lo hace, el que quiere matar, mata y el que quiere mentir, engaña, y ¡listo! Y el que quiere ser honesto y congruente también lo es aunque el mundo lo tache de loco, ingenuo o estúpido.

Me apena mucho mi país y ver las historias que por éste cruzan, me entristece ver que aunque nosotros podemos hacer las cosas distintas terminamos tratando de tomar la ruta corta, me apena saber que incluso en nuestro mundo muy individual y personal, tratamos de negociarnos y justificarnos la inconsistencia.

Yo quiero ser de los locos, de esos que creen que a pesar de la "jodidez" de la cotidianidad, a pesar de que todo se vuelve más complejo con los años o de que todos hagan lo cómodo o placentero porque así lo hace todo el mundo y es lo más fácil, yo sí quiero confiar en que aunque las cosas sean como sean, vale la pena el esfuerzo de intentar hacerlo mejor, de ser limpio, transparente, de no joder al otro, de no pisar al otro, de que no es necesario tirar mierda o ser oportunista para llegar a donde soñamos o para obtener lo que queremos.

Yo quiero ser de esos locos quizá, de esos que creen que se puede ir de "buena ley" a la vida, que vale la pena luchar por un mejor país, por una mejor condición, por una mejor niñez. Yo quiero ser de esos locos que creen que existe la congruencia pero sobre todo, que existe el amor de verdad.


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