domingo, 5 de septiembre de 2010

Es justo sentirse así

Es justo sentirse así, débil, frágil...

...aunque no sea grato, por lo menos no para las personas que viven ajenas a la dependencia. La debilidad, a veces mal asociada, otras veces utilizada en el chantaje, a mi en lo particular me molesta y me hace guardar caretas que después son difíciles de sostener.

Recién comprendo en mi cabeza que la debilidad es una condición humana, que es justo sentir que las fuerzas no responden, que las ganas se han agotado, que dejar que los demás te protejan no significa que estás perdido.

Sin embargo mi condición personal, aún se mantiene lejos de eso y confieso que sería geníal encontrarme alguien más fuerte que yo.

Aunque constantemente me veas llorando...

viernes, 13 de agosto de 2010

Una manada que no llega

Uno de los conceptos que más me gustan para describir a quienes para ti son las personas más importantes en la vida, es "manada".

Me parece una palabra que encierra muy bien los conceptos que considero te hacen pertenecer a ese grupo que te marca, que te acompaña en este tren de la vida.

Para mi tu manada es aquella que primero te ama, está contigo y te acompaña, te conoce, te respeta y te aconseja o se enoja cuando algo no está bien. Tu manada te cuida, te protege, confía y aunque no esté de acuerdo con algunas cosas, te acepta.

Es aquella que cuando aúllas como los lobos, responde con un aullido igual, particular e inconfundible, aunque sea lejano.

Recientemente he pensado en mi manada, y me doy cuenta que es constante, que aun y cuando en distintos momentos de mi vida he sido distante, ha venido a mi cuando he estado en lo más hondo o cuando he querido soñar intensamente.

De un tiempo a la fecha, he querido hacer extensiva a mi manada, hacer parte a nuevos e importantes integrantes a este grupo de vida.

Los resultados no han sido tan certeros. Me doy cuenta de lo difícil que es hacer una manada extendida, aquella que se integra en el camino ya avanzado pero que sueña y vive contigo, que te cuida, que es cómplice y ...por más que he puesto alma, energía y corazón...sigo sentada esperando...

a la manada que no llega...

martes, 3 de agosto de 2010

Batallas perdidas

¿Cómo saber cuándo estás luchando una batalla perdida?

Cuando se tiene espíritu guerrero uno debe tener mucho cuidado al emprender el camino hacia las batallas. El sentido de lucha te lleva, las ganas de ganar la contienda, el deseo de que la guerra suceda rápida y contundente para después saber que se disfrutará del descanso y la paz.

Todo eso te hace armar el equipo, alistarte y salir corriendo para enfrentar a los peores enemigos, pero, caray, a veces hay que darse cuenta que por más que luches, por más deseos que tengas, por más municiones y armamento que tengas la batalla será un fracaso.

Y entonces cómo tener la sabiduría, la agudeza de sentimiento, la astucia para ver anticipadamente que vas a un encuentro perdido de antemano, que por más energía que le inviertas, la cosa está jodida.

Porque no hay bases, porque no hay claridad, porque no hay confianza.

Porque por más que te esfuerces, no sucederá.


domingo, 1 de agosto de 2010

Aniversario


Julio trajo para mi muchas cosas importantes y espero que con ello también haya traido el inicio de ese ciclo de experiencias gratísimas que me suceden siempre en la segunda parte de cada año.

Y es que cada inicio anual me arroja tajantemente todas las vivencias y aprendizajes fuertes para mi, siempre desde Enero y hasta Junio no veo más que lo duro que hay que "nadar" para llegar a la orilla después de una tormenta y otra.

Siempre me suceden las situaciones más fuertes que me pasan cada año, aunque éste empezó desde 2009 y estamos hoy recién iniciamos agosto y a penas siento que toco la playa.

Qué cansancio, cuánta energía tuve que invertir mes tras mes, aguantando respirar cada vez que una ola me golpeaba. Y ahora veo la playa desde otro lugar.

Hoy 1 de agosto celebro un aniversario importante y con él quiero que la alegría llegue a manos llenas, que la reconciliación con mi alma y mi cuerpo suceda en su máxima expresión.

Recuerdo esa primera comida en la mesa, con la sopa servida y llena de sueños y deseos, hoy tengo una sopa que cura ese cuerpo y esa alma en un nuevo espacio.

Quiero que mis ganas se concentren, que mi energía se enfoque, visualizando hacia donde quiero llegar. Ha llegado el momento de disparar esa energía y catapultarme a ese lugar en el que sé cómo estar a mi máxima capacidad.

Siento esa energía en mi otra vez y voy sin duda a aprovecharla.

El momento de ser y crecer, de crear y disfrutar está aquí.

Es mío.


viernes, 23 de julio de 2010

Cuando el amor se va de vacaciones

El mío recién hizo maletas y se fue.

Emprendió un viaje del cual no sé cómo lo encontraré cuando decida regresar. Y admito que no me gusta saber que se ha alejado, que finalmente, sucedió la desconexión.

Cuando el amor se va de vacaciones deja un hueco difícil de cubrir; aunque en situaciones como ésta, tan llenas de todo y de tanto, reconozco que genera más alivio que pena; reconforta y permite respirar hondo y profundo.

No sé por cuánto tiempo vagará, no sé qué cosas le sucederán, y me sucederán, mientras vuela libre y lejos. No sé si cuando regrese me encontrará dispuesta, esperando impaciente su regreso o haciendo labor de relleno, por ese hueco que hace días dejó.

Estoy tranquila porque toda desconexión genera movimiento, aun dentro de "la nada", es posible caminar. Hoy estoy con el centro del cuerpo al descubierto, pero andando, siempre andando, porque por más miedo y vacío que sienta, jamás voy a detener la marcha, jamás mientras tenga aire en los pulmones.

Tengo un espíritu de lucha incansable, no me rindo, aunque ciertamente mi expresión sea de terror, siempre voy a decidir tomar mi casco y mi vela y despegar hacia los cielos más altos y lejanos. Siempre voy a querer ir a donde me encuentre de nuevo con ese amor que se ha ido de vacaciones, con ese amor que ama, que cuida, que sueña, que ríe, que acompaña, que es independiente, que es fiel y respeta y que como hoy, decide irse porque es libre y se acordó, después de vivir limitado, que sabe volar.

Seré paciente, viviré con el centro de mi cuerpo al desnudo el tiempo que sea necesario porque a su regreso, lo intentaré otra vez, porque aunque algunos lo crean equivocadamente, JAMÁS le tendré miedo a amar.

Jamás!











martes, 20 de julio de 2010

Cuando la "fresca" dejó de salir rosa

Todavía hasta hace unos meses, cuando sorpresivamente abría un paquete de esas bolitas chocolatosas con centros de colores conocidas como "frescas", jugando al azar afirmaba con certeza: "será rosa" y de pronto sí! una y otra vez. La primera de ellas mucho tiempo fue con centro rosa.

Y como sí soy creyente de la energía y los buenos augurios pensaba que mi "suerte rosada" sería larga y mágica.

Hace varios meses que eso ya no ocurre. La "fresca" dejó de salir rosa y ahora por ningún motivo ese color aparece de primera mano. Y la magia y el buen augurio parece que se fueron con él.

Será que ese estúpido pensamiento del azar, el color y las frescas sea una extrañísima coincidencia o será que es una simple idea para quienes, como a mi nos gusta pensar en lo absurdo.

Hay noches como la de hoy, que invariablemente extraño ese ridículo momento.






domingo, 18 de julio de 2010

Profunda tristeza

Y es que como no reconocer que en el equilibrio de la vida, los contrastes van y vienen para hacernos recorrer un camino más completo.

La armonía llega para después tener caos; ante la oscuridad, la luz se refleja limpia y renovada; cuando ríes a carcajadas la alegría te hace olvidar que también existen los momentos bañados de tristeza.

Sin embargo, recientemente ésta última se ha alojado en lo más profundo de mi ser y desde aquel día he emprendido una ardua batalla por hacerla huir. Ciertamente no he tenido mucho éxito.

El va y ven de emociones me ha hecho convertirme en un huracán de pensamientos y decisiones que me han demandado tanta energía que me siento exhausta. Cansada, básicamente, de sentir.

Pero no se trata de mi, ni de esta licuadora que encendida a la 5ta velocidad, mezcla cientos de cosas que no veo pero que están ahí, demandándome más y más. Se trata de entender que a partir de lo más hondo, aún cuando todo esté hecho un caos y que la emoción y el dolor opriman el alma, de ahí es posible caminar y salir.

Y es posible salir andando, dando pasos, uno y luego otro, con el tiempo y la energía que cada uno lleve. Es entender que ante el miedo y la amenaza, la tristeza es el resultado, pero no el fin.

Tener miedo es real y posible, sentirse amenazados ante circunstancias o personas también. Dejar que la tristeza fluya por saberse temeroso y en riesgo, es la forma en la que podemos transformar eso que nos ocurre y expresarlo.

Es válido vivir una tristeza profunda como ésta y albergarla ahí, justo en el centro. Lo que no se vale es quedarse permanente y resignadamente con ella.

Es mi decisión no "tragarme" esta tristeza por más profunda que sea. Es mi decisión no paralizarme ante el miedo y la amenaza. Es mi decisión dejar que esa tristeza se exprese y finalmente se vaya. Es mi decisión aprender de ésto. Es mi decisión dejar que el ciclo de equilibrio de la vida suceda, y me entregue de nuevo la alegría.

Podemos vivir la tristeza más profunda, sin miedo a sentirla, a expresarla, a confortarla y a compartirla. Podemos aprender a vivir sin miedo de querer dejarla suelta para después recibir la tan esperada armonía de saber y de ser quien eres.

La alegría de vivir sin miedo.






jueves, 13 de mayo de 2010

Aprende a caminar libre

Aún no conozco a nadie a quien le guste vivir atrapado, sintiendo que algo le roba movilidad, la capacidad de acción, las ganas de sentir el gran regalo de la libertad.

A veces podemos creernos libres simplemente porque no estamos dentro de una prisión. Sin embargo, no todas las cárceles están hechas de celdas y barrotes.

Si nos tomamos un momento para observar honestamente lo que sucede con nosotros y nuestro entorno, tal vez descubriríamos que hay un par de cuerdas amarrándonos a algo o alguien. Atrapándonos conciente o inconcientemente.

Amarrados con los padres, los hermanos, los amigos, la pareja, el trabajo, la obsesión, la inseguridad, el miedo, la evasión, el desinterés o las emociones. Y podría decir que eso nos ocurre al 99% de las personas en este mundo, es un acto común y casi cotidiano; lo importante es darse cuenta, antes de tener cientos de nudos en los pies.

Los vínculos dependientes con situaciones o personas nos hacen seres limitados para amar, para sentir, para actuar, para crear, para vivir.

Si no queremos estar en ese estado, la tarea de salir de él resulta fácil. Primero porque implica valentía para aceptar que eso nos está sucediendo y segundo, porque nos obliga a enfrentarnos a nosotros mismos desde un sitio quizá no muy grato, a voltearnos a ver y a darnos cuenta de lo que estamos haciendo en realidad con nosotros y con los demás.

Romper las dependencias es también asumir que somos responsables de nosotros mismos, que debemos hacernos cargo primero de nuestro costal para luego ir a compartir (si, sólo “compartir”) el de alguien más.

En muchos casos, resulta cómodo depender del otro o de los eventos que decimos ajenos a nosotros porque eso nos ayuda a evadirnos. Qué fácil es decir que alguien “nos hace la vida compleja”, que alguien nos desgasta o que el trabajo que nos choca nos ha llevado a la infelicidad.

La realidad es que Depender es una decisión individual y está en nuestras manos deshacernos de esos lazos equivocados o apretarlos más. Es elección individual dirigirnos hacia donde verdaderamente queremos ir o arrastrar un mayor peso.

No construyamos relaciones cómodas ni dependientes con nada ni nadie. Es tiempo de volver la mirada hacia los pies y revisar las cuerdas: cuántas son, cuáles son tuyas, cuáles has dejado que te pongan y comenzar a cortar, una a una, como un regalo para ti mismo.

La libertad es un acto de conciencia y valor, que recompensa con la satisfacción de tomar el rumbo y la forma que, desde lo más profundo, anhelamos.

Una de las cosas más placenteras es aprender a caminar liviano, suelto y con uno mismo.
Yo empiezo hoy a cortar los lazos equivocados porque mi corazón y mi esencia lo piden ya a gritos. A partir de ahora quiero construir vínculos sanos que me dejen andar por el sendero de ser quien soy: Libre.

martes, 11 de mayo de 2010

Vivir sin miedo

¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a momentos o situaciones en donde el miedo se apodera de nosotros? de nuestras emociones, reacciones o incluso de las decisiones que podemos llegar a tomar.

¿Cuántas veces hacemos o dejamos de hacer cosas porque el miedo nos hace “salirnos de control”?

Seguramente, la respuesta para la mayoría es: “muchas”, si nos lo preguntamos. En repetidas ocasiones nos hemos paralizado por sentir miedo; miedo a soltar aquello que creemos nos pertenece; miedo a iniciar un nuevo proyecto por no experimentar el fracaso; miedo a amar intensamente a una persona porque no queremos sentirnos vulnerables; miedo de expresar lo que queremos o sentimos porque no queremos ser lastimados o rechazados; miedo a cambiar de vida, a buscar nuestros sueños, a flexibilizarnos, porque eso implica un riesgo que generalmente, no queremos tomar.

Sin embargo, vivir siempre en una constante de miedo, no es realmente vivir ¿o si? es permanecer en el mismo sitio, con las mismas condiciones, es no atreverse a salir y a experimentar ser, verdaderamente, quien eres con todo lo que eso conlleva.

Es como tener un auto deportivo de gran alcance, y querer usarlo sólo para ir de tu casa a la del vecino. Somos seres exponencialmente creadores y energéticos, capaces de realizar nuestro más profundo sueño.

Una de nuestras misiones de vida es VIVIR, honesta y puramente, sin permitir que el miedo obstruya proyectos, sentimientos, relaciones, pero sobre todo, no debemos dejar que éste nos desgaste hasta darnos cuenta que la vida pasó sin que nos percatáramos.

El miedo no es un sentimiento inadecuado, malo o que debamos rechazar. Es un aliado que nos permite estar alerta, reaccionar ante el peligro y así es sano experimentarlo. El miedo avisa cuando algo puede pasar, pero no debe ser lo único que suceda. Aprendamos a acompañarnos del miedo, a usarlo a nuestro favor.

Sueña, crea, enfoca y sé valiente. Ve por aquello que tu Corazón profundamente anhela, si tu intención siempre es pura y honesta. Enfrenta el miedo y sólo así vivirás intensamente en congruencia con tu existencia y tus deseos.

¡Aprende a vivir sin miedo!

lunes, 1 de marzo de 2010

Creadores de Magia

Hablar de magia, es hablar de ilusión, de algo que nos sorprende y que a veces, incluso, nos roba hasta el aliento, gratamente.

La magia es el reflejo de nuestro deseo de creer en aquello que no vemos, de hacer que lo imposible suceda, aun contra todo pronóstico, regla o entendimiento.

Creemos que los magos son seres especiales, dotados de increíbles poderes que los hacen realizar los más maravillosos actos, como hacer salir un conejo de un sombrero vacío o a una mujer desaparecer dentro de una caja.

Quienes presencian un acto de magia, llenan su corazón de ella, conservando en su memoria aquel momento y su emoción.

Pero, ¿Por qué quedarnos con sólo ese momento capturado? ¿por qué creer que la magia es un “poder” para aquellos que fueron elegidos? Lo valioso ahora, es saber que todos los seres humanos tenemos la capacidad de crear momentos mágicos, para otros, y mejor aún para nosotros mismos.

Cada uno de nosotros somos creadores de magia, podemos transformar nuestras vidas y las de muchas personas haciendo realidad la ilusión. Sorprendiendo gratamente cuando nadie lo espera.

Hacer magia es algo tan sencillo como escuchar a alguien que necesita ser escuchado. Hacer magia es algo tan sencillo como escribir un par de palabras con la honestidad de un sentimiento.

Hacer magia es algo tan sencillo como poner un hombro y guardar silencio cuando alguien necesita llorar.

Hacer magia es algo tan sencillo como dar un poco más de ti cuando alguien te pide un favor, aunque eso te “quite” tiempo.

Hacer magia es algo tan sencillo como decir lo que sientes a la persona que amas. Tu pareja, tus padres, tu hermana, tu amigo.

Hacer magia es algo tan sencillo como ayudar a alguien que sabes que te necesita, sea parte de tu vida o un completo desconocido.

Hacer magia es trabajar con uno mismo, es autoconocerse, es refrendar nuestro compromiso individual para volvernos seres evolucionados.

Hacer magia, también es ser generadores de cambios positivos, es cooperar con los demás para hacer posible lo imposible. Es sumar un sueño con otro hasta alcanzar lo que la humanidad más anhela.

Los privilegiados de tener el poder de transformación, somos todos los seres humanos que deseamos modificar nuestra realidad por una mucho mejor.

Si aún no lo intentas, este es el momento de tomar el sombrero y buscar un conejo dentro de él.

¿Y tú haces magia?

miércoles, 27 de enero de 2010

Sin miedo

Sin miedo significa vivir.

Es dar paso al movimiento aunque estemos aterrados. Es reconocer que sentimos miedo, que éste nos alerta pero que, nunca, nunca, nunca, nos detiene.

Jamás dejes de vivir por sentir miedo.